El impacto del estrés financiero en nuestra salud

¿Crees que el estrés financiero, las preocupaciones económicas, puede afectar a la salud? Sin lugar a dudas, sí. Este tipo de estrés puede afectar tanto a la salud física como a la salud emocional, hoy abordamos este gran tema.

¿Qué es el estrés financiero?

Cuando hablamos de estrés financiero hacemos mención a las preocupaciones por la economía personal, ya sean derivadas de problemas laborales, problemas sociales o una crisis a nivel nacional o mundial.

¿Esto quiere decir que cualquier preocupación monetaria es estrés financiero? No, en absoluto. No hablamos de una preocupación de un día o de una semana, hablamos de una situación de incertidumbre que genera una angustia que se sostiene en el tiempo y que provoca un tipo de sintomatología que afecta a varios o todos los ámbitos de la vida, impidiendo que el desempeño se pueda realizar como habitualmente.

Consecuencias del estrés financiero

Un informe publicado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social indica que la salud mental es uno de los aspectos que más se resiente de la vida de un individuo cuando sus finanzas personales son preocupantes.

¿Y cuáles son los síntomas más frecuentes? Se producen alteraciones en el sueño, ya sea dificultad para poder dormir o para poder mantener el sueño o disfrutar de un descanso reparador; un aumento de la sensación de nerviosismo a lo largo de todo el día sin causa aparente; mayor irritabilidad, que viene a ser como si uno se molestase más rápido por cosas que no tienen tanto peso o que rápidamente salta ante un mínimo roce; dificultad para poder concentrarse y ser eficiente, estar más distraído o ausente, etc.

Y, sin lugar a dudas, como ya hemos comentado en anteriores artículos, la salud mental siempre va de la mano de la salud física. Si nuestra salud mental se resiente, se resiente también la física, y viceversa. El ser humano es todo uno.

Por ello, a pesar de que hemos mencionado en primer lugar los síntomas emocionales, también es importante tener en cuenta que estos pueden aparecer reflejados en cómo uno se encuentra físicamente. Por ejemplo, se puede comer más por ansiedad o se produzca una pérdida de apetito; problemas estomacales o digestiones más lentas; dolores de cabeza tensionales; contracturas o dolores musculares debido a la tensión, entre otros. A su vez, una época de mucho estrés -financiero o no- también deriva en que el sistema inmunológico puede estar más débil, con lo que esto implica.

Cómo afrontar el estrés financiero

El primer punto es que puedas identificar cuáles son los problemas económicos y analizar cuáles son los aspectos más urgentes. Si son deudas que hay que paliar rápidamente, es importante hacer un presupuesto y, si no se alcanza, dedicar un tiempo a estudiar los diferentes tipos de financiación y de prestamos sin intereses, de manera que puedas ver y valorar qué condiciones son las que más se ajustan a tus necesidades.

Otro de los pasos necesarios es que controles tus gastos. Esto implica que has de conocer cuáles son tus ingresos y cuáles son los gastos, diferenciando entre gastos fijos y gastos variables. De esta manera, podrás diferenciar cuál es el dinero que puedes gastar al mes, de dónde tienes que recortar y cuánto dinero puedes guardar. Es la mejor manera para no gastar de más.

A su vez, será importante crear un plan de ahorro que te permita no volver a pasar por la misma situación.

Teniendo en cuenta cómo afecta el estrés financiero a la salud física y la salud mental, no está de más el proponeros que podáis contar con un psicólogo para que podáis conocer cómo afrontar emocionalmente toda esta situación.

5
5.00 - 1 Voto
Compartir en: Twittericono twitter Facebookicono facebook Pinteresticono pinterest

También te puede interesar