La fisioterapia resulta mucho más efectiva cuando se realiza bajo el agua. Los griegos ya usaban esta técnica. ¿Quieres saber más? Te contamos todo acerca de la Hidroterapia: qué es, beneficios y tratamientos.
Qué es la hidroterapia y cómo funciona
Con la hidroterapia o fisioterapia bajo el agua pueden tratarse diferentes enfermedades y lesiones. Existen distintos tratamientos de hidroterapia y son bastante efectivos y beneficiosos porque estimulan los nervios, los músculos y las venas. Además, el agua resulta relajante, estar sumergido o en contacto con el agua es como volver a nuestro estado natural.
Como veremos más adelante, la hidroterapia puede aplicarse de tres tipos: una hidroterapia mecánica, mediante tratamientos de hidroterapia térmica o hidroterapia química. En esta última, se añaden sustancias química al agua para obtener otros efectos complementarios.
La hidroterapia térmica juega con los contrastes de temperatura para estimular al organismo a tener una reacción determinada. Mientras que la hidroterapia mecánica funciona mediante presión.
Sean cuales sean los tratamientos de hidroterapia escogidos, para someterse a ellos tendremos que acudir a lugares como piscinas termales, saunas, balnearios o en centros que cuenten con baños y duchas especializadas para ello.
Conoce otras terapias alternativas:
Aparte de cada tratamiento en específico, la hidroterapia puede aplicarse mediante baños, duchas, chorros o envolturas. La primera, puede consistir en temperaturas estáticas (fría o caliente) o que vayan cambiando para crear contraste. También puede darse mediante baños de vapor mediante los cuales se tratan problemas respiratorios y de reuma, o hidroterapia mediante baños hidromasaje que consiste en chorros que se disparan hacia determinada zona del cuerpo.
La hidroterapia que se aplica mediante duchas puede hacerse por goteo, para relajar; a presión, para relajación muscular cuando hay contracturas; o la ducha escocesa de contraste para estimular.
Por otro lado, la hidroterapia que se realiza con chorros puede ser sin presión tan solo jugando con el contraste de temperaturas, ideal para tratar contracturas musculares; con presión, para aliviar contracturas y mejorar la circulación; o subacuático, este consigue un triple fin: aliviar músculos, estimular la circulación y relajar.
Finalmente, la hidroterapia mediante envolturas se realiza envolviendo al paciente en tejidos que llevan un tratamiento de agua. Pueden ser envolturas húmedas en frío, ideales para tratar esguinces, para bajar la fiebre o curar hematomas; envolturas que producen calor, para combatir los dolores de cabeza y el insomnio; envolturas sudoríficas, para curar infecciones; envolturas húmedas en caliente, para curar el reuma, problemas articulares o del aparato locomotor; y los emplastos con barro o resinas para potenciar los efectos terapéuticos que aporta el agua.
Beneficios de la hidroterapia
La hidroterapia tiene un sinfín de beneficios físicos y orgánicos pero también influye positivamente en el plano emocional, tanto así que los antiguos griegos, entre otras civilizaciones, han estado usando los tratamientos con agua desde hace miles de años pero no solo con fines médicos sino también espirituales.
Aplicarse tratamientos de agua mejora la circulación sanguínea, concretamente, la circulación vascular periférica. Esto protege la salud cardiovascular.
Sumergirse en agua, o aplicarse tratamientos que tienen el agua como elemento base, nos produce bienestar. Este bienestar repercute en que estaremos más relajados aliviando de este modo los estados depresivos y los episodios de estrés y ansiedad. Gracias a ello, nuestro sistema inmunitario también se fortalece y estaremos más sanos en general y fuertes minimizándose los riesgos de contraer enfermedades.
Por otro lado, el agua nos ayuda a respirar. Se sabe que las personas asmáticas, con alergias o simplemente cuando están resfriadas encuentran en la playa, en la sierra o lugares con agua un entorno propicio para mejorar sus crisis respiratorias. La hidroterapia también ayuda a respirar mejor.
¿Tienes sinusitis?
Por supuesto, con contrastes térmicos así como los tratamientos con presión o cataplasmas y envolturas relajan los músculos, suponiendo esto un tratamiento excelente para aliviar la tendinitis, las lumbalgias o las contrasturas.
Tratamientos de hidroterapia
Antes hemos dicho que la hidroterapia puede ser mecánica, térmica o químico. Veamos los tratamientos que podemos encontrar en cada uno de estos tipos.
Hidroterapia mecánica
Dentro de la hidroterapia mecánica tenemos estos tratamientos:
–Empuje: suele aplicarse a personas con movilidad reducida sumergiendo su cuerpo en agua. Sirve para ejercitar los músculos.
–Compresión: se aplica el agua con mucha fuerza sobre músculos, venas y nervios con el fin de que la presión del chorro relaje los músculos. También se usa para estimular el riego venoso en casos de varices.
–Resistencia hidrodinámica: se trata de hacer ejercicio físico sobre en agua en lugar de hacerlo en una superficie. De esta forma, con la presión del agua, se ejercitan más los músculos.
–Presión: mediante chorros o duchas para relajar y para estimular el sistema nervioso.
Hidroterapia térmica
Jugando con la sensación térmica podemos aplicar estos tratamientos:
–Agua caliente: tiene efectos relajantes para músculos, sedantes, analgésicos para aliviar dolores y estimulantes para mejorar el riego sanguíneo.
–Agua templada: destaca por sus efectos sedantes.
–Agua fría: tiene como fin tonificar músculos, aumentar el ritmo cardíaco y mejorar la circulación. También funciona como antiinflamatorio. E incluso se usa como tratamiento complementario en algunos trastornos psiquiátricos.
Hidroterapia química
Se agregan sustancias al agua para enriquecerla de cara a obtener resultados complementarios en el tratamiento de hidroterapia. Estas sustancias que pueden ser propias de agua o químicas, dan lugar a los siguientes tipos de agua medicinales para terapia:
–Agua clorudada: es un agua estimulante para el organismo y si, además se aplica caliente, actúa como relajante muscular y con efectos sedantes.
–Agua sulfatada: puede tomarse o aplicarse en la piel. Si la tomas, tiene efectos laxantes y diuréticos. Si se usa para hidroterapia sobre el cuerpo entonces beneficia a los sistemas locomotor y respiratorio.
–Agua ferruginosa: sirve para curar la anemia y enfermedades que afectan a la piel.
–Agua sulfurosa: es buena para curar enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio y las articulaciones y las alergias.
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